sábado, 18 de julio de 2009

El Pais de los Vettones

En la frontera entre la vieja Castilla y la olvidada Extremadura, justo en el centro del pais de los antiguos Vettones, se alzan unos montañas consagradas a la diosa Asitrita, diosa de los bosques y las nieves. Bosques y nieves que en estas montañas encuentran su refugio perpetuo, en su dia defendidas por el hijo de Asitrita, el caudillo guerrero Tritiaecio.

Hoy ya ni Tritiacio defiende nuestros bosques, ni Asitrita se manifiesta en forma de nieve, ni Vaelico recorre nuestras cumbres, ni Ataecina renace con cada ciclo anual. El cristianismo se llevó todo por delante, arrasando cultura y tradición, aunque aún queden vestigios ancestrales en nuestra cultura como parte de nuestra lengua, elementos de nuestra gastronomía o arquitectura o fiestas como el Taraballo en honor del dios Taranis o el Jarramplas.

Pese a todo, nuestra naturaleza sigue conservando parte de antiguo esplendor y pureza, intercalada con cultivos de cerezos desde tiempos ancestrales y salpicada de pequeños pueblos ajenos al devenir de los tiempos, siendo salpicados por el gotear casi constante de la lluvia, abrazados por la niebla y cubiertos por la nieve invernal.

Mi pequeño homenaje a esta tierra en la que nací, y en la que nacieron, vivieron y murieron todos mis antepasados



























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