No son pocas las veces, que buscando información acerca de algún grupo en concreto, te topas con algunos otros grupos. La mayoría de las veces, estos grupos los escuchas y no llegan a enganchar, sin embargo hay otras ocasiones en las que incluso antes de escuchar el grupo en cuestión ya tienes una pequeña certeza de que te va a gustar. Con Fauna, me ocurrió eso precísamente, lo primero que leí acerca de ellos era la temática de sus letras, exclusívamente naturalista,y lo segundo, que tenía ciertas similitudes con Drudkh y con Wolves In The Throne Room. Con estas premisas, al menos para mí esto supone una escucha obligada, así que me puse manos a la obra y a encontrar sus trabajos.
Encontré dos demos, Rain (2007), del que hablaré y The Hunt (2008). Creo que tienen algún que otro trabajo y grabaciones, pero sin editar, ya que los dos miembros de Fauna prefieren huir del circo mediático.
Entrando un poco más en materia, en este Rain (lluvia en inglés) lo primero que llama la atención es que solo hay una canción. Pero toda una señora canción, con una duración de 63 minutos. Esto puede echar a muchos para atrás ya que se podría pensar que será un tostón, y lo que está claro que a los que les guste la caña bruta y directa, mejor que no lo escuchen. El concepto de este grupo, conlleva escucharlo sin prisas. Yo en una tarde libre y bastante lluviosa (común por aquí además), me senté tranquílamente junto a la ventana dispuesto a escucharme este Rain con su hora y tres minutos, con el golpear de las gotas de agua sobre el cristal de la ventana. Y es así como empieza este disco, con un leve sonido de la lluvia cayendo, así durante cinco minutos hasta que el sonido de una guitarra acústica comienza a sonar, lenta y con suaves arpregios y acordes. Con un sonido entre melancólico e hipnótico, firme y evocador, exáctamente como la lluvia. Como ya dije antes, este disco es para escucharlo sin prisas, escuchando todos y cada uno de los segundos. Tras 17 minutos en los que las guitarras acústicas van aumentando su intensidad casi sin que nos demos cuenta, envolviéndonos en su atmósfera hasta que un leve cambio en el sonido nos pone indica que en breves llegará la tempestad, y así es, en el minuto 22 comienza la explosión de furia que se desata en una poderosa tormenta. Guitarras potentes y aceleradas y una batería devastadora. La base rítmica que escuchamos en este momento, será la que nos acompañe en este viaje a lo largo de casi toda la canción, alterando ritmos y melodias en su progresión, pero sin alterar la base.
Tras 7 minutos de crudo y devastador black metal (aún sin voces), el ritmo se ralentiza alternando arpregios y leves acordes distorsionados, un interludio que dura desde el minuto 29 hasta el 42, cuando tras la calma, se nos echa encima de nuevo la tempestad. Esta vez con la voz, una voz totálmente desgarradora y directa a la yugular. Desde aquí hasta el final, sucesiones de momentos con y sin voz, hasta el pasaje final en que los riffs se tornan aún más melancólicos, ya sin la carga de rabia desatada, hasta su fin.
Parece imposible que una canción de 63 minutos no aburra nada en absoluto, y más teniendo en cuenta los espacios de tiempo de por ejemplo un interludio o el pasaje inicial con las guitarras acústicas. Es que no solo no aburren, si nó que consiguen captar la atención en todos y cada uno de los momentos.
Respecto a las comparaciones con Drudkh y Wolves In The Throne Room, bueno algo cierto es, sobre todo Wolves In The Throne Room, temas largos con una base rítmica definida desde el principio, letras naturalistas y un toque místico, sin embargo con Drudkh no veo demasiadas similtudes, ambos evocan a la perfección paisajes boscosos y agrestes, sin embargo los riffs y melodias de Drudkh contienen una carga dramática y hasta épica, que en Fauna no encontramos, no porque Fauna no lleguen a ello, si nó porque su sonido está orientado a otras formas.
Para acabar, pues poco más que decir, un disco que recomiendo muchísimo y que merece la pena tener original, aunque es jodido de encontrar, eso también es cierto.